Especialista en el tema

 

Hablando de TDAH con el Dr. Ramos Quiroga

El Dr. Josep Antoni Ramos Quiroga, perteneciente al Grupo de Investigación en Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vall d`Hebron Institut de Recerca (VHIR) de Barcelona, es uno de los mayores expertos de TDAH a nivel nacional. Además de ser coordinador del Programa de TDAH del Hospital Universitari Vall d`Hebron, es profesor asociado de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).


En palabras de el:

¿Qué es exactamente el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

El TDAH es un trastorno que se inicia en la infancia, no en la época adulta, lo que resulta muy característico. Actualmente, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 6% de los niños de la población general padecen este trastorno, que puede llegar a persistir en la etapa adulta, donde tiene una frecuencia, siempre según la OMS, del 3%.

El TDAH está caracterizado por una disfunción clara en el mantenimiento de la atención, y en algunos casos, viene acompañada de hiperactividad e impulsividad. Se observan niños con una hiperactividad motriz, mucha inquietud, tienden a la precipitación, a una verborrea inusual, etc.
Y aunque lo más frecuente (en un 70% de los casos) es que se den a la vez, tanto el déficit de atención como la hiperactividad, no siempre ocurre así. Hay un porcentaje menor, en torno al 20%, que sufre solo de inatención, y en un 5-10% de los casos, el problema solo es de hiperactividad.

Sin embargo, a pesar de los datos de la OMS, hay una altísima percepción social de que este trastorno está sobrediagnosticado. ¿Están los criterios diagnósticos claros o estamos confundiendo a los clásicos `niños inquietos` con individuos con un problema más grave?

Sí que existe una percepción social interesada de que el TDAH está sobrediagnosticado, pero los criterios diagnósticos están muy claros desde hace mucho tiempo. De hecho, me duele mucho oír sandeces sobre que es un trastorno inventado. El TDAH fue diagnosticado por primera vez en 1902, seis años antes del diagnóstico de la conocida enfermedad de Alzheimer.

desde la OMS y otras entidades, se han llevado a cabo muchísimos estudios epidemiológicos que demuestran la prevalencia de este trastorno. Es más, si antes solo diagnosticabas 200 niños y en la actualidad ha mejorado el sistema de salud, igual no es un problema de supradiagnóstico, sino de que con anterioridad, existía un mal manejo de esa situación.

De hecho, en la actualidad vemos que hay personas en la edad adulta que han sufrido problemas relacionados con drogas o han tenido un mayor número de accidentes de tráfico, y en realidad son individuos en donde deberíamos haber actuado antes, ya que en realidad padecen el TDAH. Un mejor diagnóstico precoz hubiera evitado sus problemas personales y sociales, relacionados con su falta de concentración e impulsividad en muchos casos. Y ello evitaría verdaderos dramas personales y sociales, sin duda.

Y si no estamos realizando un sobrediagnóstico, ¿no estaremos sobremedicando a estos niños en edades muy tempranas?

Sigue siendo, al igual que el supradiagnóstico, una percepción interesada. La terapia del TDAH se basa en aplicar tratamiento psicológico de tipo cognitivo-conductual, que hasta ahora es el único que ha demostrado eficacia. Y solo en los casos más graves, se usa la vía farmacológica.

Pero de nuevo, vuelve a ser falso que la industria farmacéutica tenga interés en este trastorno. Los principlaes medicamentos (metilfenidato y atomoxetina) que se aplican en clínica son del año 36 y 56, ¿qué interés pueden tener las farmacéuticas en sobrediagnosticar el TDAH?. Y al igual que no existe una sobremedicación, los efectos secundarios del fármaco que más se utiliza en la actualidad (metilfenidato), están perfectamente documentados.

Es un verdadero insulto a la inteligencia decir que no sabemos qué ocurre con estos medicamentos, cuando llevamos más de 50 años de tratamiento con ellos. A nivel mundial millones de personas han sido tratadas con este fármaco y sus efectos son perfectamente conocidos. Aunque naturalmente, hay que recordar que se trata de un medicamento, que ha de administrarse bajo prescripción médica estricta, y que no es inocuo, sino que puede presentar efectos secundarios, pero están de sobra documentados.


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